La desaparición de Lars Mittank
- David CM
- 18 jul
- 9 Min. de lectura
El verano de 2014 se presentaba como la oportunidad perfecta para desconectar del trabajo, relajarse en la playa y dejar por unos días la rutina atrás. Lars Mittank y sus dos amigos habían elegido para pasar unas gratas vacaciones en Varna, una ciudad búlgara a orillas del Mar Negro. En Alemania quedarían su novia y sus padres, a los que aunque él no lo supiera, no volvería a ver jamás...

Las vacaciones de los tres amigos, que se alojaban en el resort Golden Sands, transcurrían entre la playa, algún partido de fútbol improvisado y los bares del paseo marítimo de la ciudad. Todo parecía ir perfecto, incluso uno de los amigos, Paul, afirmó que “la semana se pasó muy rápido”. No obstante, el otro amigo, Tim, recordaría más tarde que “Lars no comía mucho. Tomaba un plato de sopa o un plato pequeño de ensalada, y eso era todo”. Pese a esto el hombre de 28 años, que disfrutaba de su primer viaje al extranjero, estaba relajado y de buen humor.
Todo comenzó a torcerse la noche del sábado 5 de julio, cuando los tres amigos decidieron ir a ver el partido de cuartos de final del mundial de fútbol a un establecimiento llamado Rock Bar. En el transcurso del encuentro, Lars tuvo un enfrentamiento con otro grupo de hombres alemanes con el fútbol como pretexto. Lars Mittank hincha del Werder Bremen, discutió con el grupo de aficionados del Bayern de Munich, pero antes de que la cosa pasara a mayores, Lars reculó y ni siquiera fue necesaria la intervención de sus amigos. Las aguas volvieron pues a su cauce y los tres se fueron a cenar tras el partido a un restaurante de comida rápida. Lars, sin embargo, anunció que no tenía hambre y que les esperaría fuera. Aunque extrañados, los otros dos cenaron y al acabar se llevaron una gran sorpresa al no ver por allí a Lars. Ambos decidieron volver al resort, asumiendo que su amigo se había aburrido solo y había pensado volver sin ellos hasta su habitación.

Efectivamente Paul y Tim estaban en lo cierto, su amigo había regresado al hotel sin ellos, lo que no podían sospechar era el porque.
A la mañana siguiente, día 6 de julio, Lars Mittank explicó a sus amigos la causa de su repentina huida. Según sus propias palabras, un grupo de hombres rusos o búlgaros, contratados por las personas con las que había discutido en el Rock Bar, se había presentado allí para darle una paliza. En el transcurso de la agresión, uno de los hombres le había propinado un puñetazo en la mandíbula que dañó su oído. Tim y Paul no daban crédito a lo que les contaba su amigo y es que en palabras del propio Paul, Lars “era un tipo pacífico. Me sorprendió”.
Con este panorama llegó el día en que los tres debían coger el vuelo de vuelta a casa y Lars Mittank estaba preocupado por si la lesión en su oído podía impedirle el viaje. Fue entonces cuando su amigo Paul le propuso visitar a un médico local pues tenían contratado un seguro de viaje que lo cubría. El médico al que visitaron confirmó las sospechas de Lars, pues le diagnosticó una rotura del tímpano y le aconsejó no volar. Además, le derivó a un especialista para que le realizara un examen más exhaustivo.

Haciendo caso de los consejos del médico Lars comunicó a sus amigos que no viajaría con ellos de vuelta a Alemania. Por supuesto ellos se ofrecieron a cambiar sus planes y acompañarle en autobús de vuelta a casa si era necesario, pero él le quitó importancia al asunto y les pidió que volaran sin él. Cumpliendo los deseos de su amigo, Tim y Paul se subieron a un taxi de camino al aeropuerto mientras Lars hacía lo mismo, pero en dirección al hospital de Varna.
Una vez en el centro médico, el Dr Boris Najdenow confirmó la rotura de tímpano y le sugirió que pasara por una cirugía para reparar la membrana dañada, pero Lars Mittank prefería volver cuanto antes a su país y operarse allí. En vista de su decisión, el doctor le recetó un antibiótico de amplio espectro (Cefuroxime 500) para evitar una posible infección y se despidió de él.
Cuando Lars le contó lo que le estaba pasando a su madre Sandra, la mujer se inquietó sobre manera. La relación entre madre e hijo era muy estrecha, especialmente desde que su padre había sufrido un derrame cerebral dos años antes y Lars pasaba gran parte de su tiempo ayudando en casa. Temiendo por su hijo, herido y sólo en un país extranjero, Sandra Mittank reservó un billete de avión para que Lars regresara al día siguiente y otro de autobús por si aún no podía volar.
Ahora a Lars Mittank solo le quedaba esperar y pasar la noche lo mejor que pudiera, para lo cual escogió el Hotel Color, un establecimiento barato no lejos del aeropuerto. Lo que nadie sospechaba es que allí todo se iba a descontrolar aún más...

Desde su llegada el comportamiento de Lars fue extraño, errático. En las imágenes de las cámaras de seguridad se le puede ver en un estado paranoico y asustado mientras camina arriba y abajo del vestíbulo, mira por las ventanas y se esconde en el ascensor. En este estado se vuelve a comunicar con su madre desde la habitación. Ella en seguida nota que algo pasa, pues Lars se comunica en susurros.
Según Lars algo no andaba bien en el hotel. Estaba seguro de que alguien le había seguido con el objetivo de robarle o matarlo así que exigió a su madre que cancelara sus tarjetas, tras lo cual colgó el teléfono dejando a su madre muy preocupada. “Podía oír su corazón palpitando a través del teléfono” afirmaría más tarde Sandra Mittank. Por supuesto intentó llamar de nuevo a su hijo, pero no obtuvo ninguna respuesta.
Tras un rato en silencio, Lars mandó un SMS a su madre con una extraña pregunta: “¿Qué es Cefuroxime 500?”. Sandra no entendía nada ¿Por qué le preguntaba su hijo sobre el medicamento que le acababa de recetar el médico? ¿Acaso no había entendido su situación o sufría algún tipo de perdida de memoria?
Esa noche la extraña conducta de Lars continuó. Las cámaras del hotel le captaron saliendo del edificio a la una de la madrugada para regresar una hora después. Imposible saber dónde fue. Volvió a comunicarse con su madre para reiterar que había unas personas persiguiéndole y que habían dado con él. Acto seguido volvería a colgar el teléfono. Tiempo después Sara Mittank se lamentaría “Debí hacerle más preguntas, pero no le volví a llamar por miedo a que el sonido del teléfono le delatara allí donde estuviera escondido”.
La mañana del 8 de julio de 2014 un taxista recorría las calles de Varna en lo que posiblemente fuera su primera carrera del día. Como pasajero llevaba a un trabajador social local. Ambos quedaron profundamente extrañados cuando al pasar cerca del Hotel Color, un hombre con una maleta hacía intensas señales para detener el vehículo pese a que claramente estaba ya ocupado. Pensando que ese hombre podía estar en apuros, ambos decidieron parar y subirle.
Ese hombre era Lars Mittank y su apuro era llegar al aeropuerto para volver a su casa.
Eran las seis de la mañana cuando el taxista llegó al aeropuerto dejando allí a Lars con todo su equipaje. Desde ese momento las cámaras de seguridad captaron todos sus movimientos lo que ayuda a reconstruir su estancia en el edificio.
Desde allí, Lars volvió a llamar a su madre Sandra, para pedirle que le transfiera 500€ por Western Union, pues recordemos que todas sus tarjetas estaban canceladas. Ella por supuesto aceptó y le rogó que visitara la enfermería del aeropuerto para que le examinaran por última vez el oído antes de embarcar.
Poco tiempo después llama por cuarta y última vez a su madre. En la llamada se refiere a que “ellos” (posiblemente las personas que según él le perseguían) no querían que viajara ni por avión ni por autobús. Tras colgar, varios testigos de habla alemana vieron a Lars Mittank hablar con un hombre no identificado, pero al parecer la conversación parecía darse en tono informal y no amenazador.
Las cámaras captaron como Lars pidió indicaciones a una mujer mientras ella señalaba en dirección al centro médico. A las 9:30 se ve a Lars entrando en el centro donde sería atendido por el Dr. Kosta Kostov.
En declaraciones del propio doctor “fue sólo un chequeo estándar” aunque añadió que el paciente “estaba realmente nerviosos y errático”. El Dr. Kostov examinó el oído de Lars y resultó que este parecía en condiciones para volar así que finalmente podría volver a su casa, curarse y descansar de tan extraño viaje.
Pese a estas buenas noticias, la actitud de Lars seguía siendo temerosa, llegando a decirle al doctor que “no confiaba en los medicamentos que la habían recetado” mientras miraba receloso hacia atrás. “Todo fue muy extraño” afirmaría más tarde el Dr. Kostov.
La situación empeoró aún más cuando un operario que realizaba reformas en el aeropuerto entró en el centro médico. Lars Mittank perdió entonces el poco control sobre si mismo que aún le quedaba, comenzó a temblar y mientras murmuraba “No quiero morir aquí. Tengo que salir de aquí” abandonó de manera brusca la estancia dejando atrás monedero, teléfono móvil, pasaporte y maleta.
Toda su huida es captada por el circuito cerrado de cámaras del aeropuerto en lo que posteriormente se convertiría en una de las grabaciones más vistas de la historia de YouTube. Lars pasa corriendo por delante de los mostradores de facturación y equipaje. Al llegar a la entrada principal aminora la marcha por un instante para continuar su huida atravesando el parking hasta llegar a la parte más alejada de la terminal. En las imágenes se le puede ver corriendo por los alrededores del recinto, primero en una dirección y luego en la contraria. Por increíble que parezca, su huida continúa al otro lado de la cerca de seguridad, para lo que debió saltar una valla de 2,4 metros de altura coronada con alambre de espino. Los últimos fotogramas le muestran corriendo hacia un prado cercano antes de desvanecerse para siempre.
Casi de forma inmediata la desaparición de Lars Mittank fue denunciada. La policía búlgara usó drones y perros adiestrados en detección de cadáveres por todo el perímetro del aeropuerto de Varna y los campos contiguos, pero ni una sola pista que pudiera llevar a conocer el paradero de Lars fue hallada. Tres meses después de la desaparición y en vista de que no había avance alguno en el caso de su hijo, Sandra Mittank contrató a Andreas Gütig, un detective privado alemán. Este revisó una vez más las grabaciones de las cámaras de seguridad por si la policía había pasado algo por alto. Se puso también en contacto con hospitales y refugios para personas sin hogar de la zona además de repartir folletos con fotos e información sobre el hombre desaparecido. Nada, ni el más mínimo rastro de Lars Mittank pudo ser encontrado.

¿Recuerdas los 500€ que Lars había pedido a su madre? Aún permanecían intactos en su cuenta de Western Union.
Al parecer el hombre tenía experiencia en caza, pesca y uso de trampas, pero se duda mucho que hubiera podido sobrevivir por un largo periodo de tiempo a la intemperie debido al intenso calor y especialmente a la falta de comida.
Sin duda lo más inquietante de este caso es el comportamiento de Lars, que pasó de un hombre normal a un paranoico en cuestión de horas. Para explicar esto, tanto su madre como algunos doctores búlgaros tiran de los efectos secundarios del medicamento que le fue recetado. El Cefuroxime 500 pertenece al grupo de antibióticos Cefalosporina, que al parecer pueden inducir efectos secundarios psicóticos, incluidas alucinaciones y paranoia. Esta teoría presenta varios problemas, por una lado estos efectos secundarios no aparecen como tal en los prospectos del medicamento y segundo, y aún más importante, el Dr. Kostov afirma que Lars no había siquiera llegado a tomar su medicación.
Otra posible explicación para el colapso mental que trastornó a Lars Mittank en su viaje puede ser una posible enfermedad mental previa. Si bien su madre confirmó que no había rastro de ello en su historial médico ¿pudo este comportamiento deberse a una enfermedad mental sin diagnosticar que se agravó por el golpe sufrido en aquella agresión a las afueras del restaurante de comida rápida? ¿Ocurrió realmente aquella agresión? Como siempre muchas preguntas que se quedarán sin repuesta.
Una de las teorías más preocupantes que se manejan es que alguien hubiera captado a Lars en el Hotel Color para obligarlo a ejercer de mula en su viaje de vuelta a Alemania. El estrés de pasar la seguridad del aeropuerto escondiendo drogas puede explicar su huida del edificio, pero si esta teoría es verdad, muy probablemente el destino del hombre fuera la muerte.
Sandra Mittank no tiene duda de que su hijo sigue vivo, para ello se aferra a los avistamientos, que como hemos visto en otros casos, se han sucedido a lo largo del tiempo. Desde un camionero en Bulgaria, a otro alemán que en 2019 afirmó haber llevado en su vehículo a un hombre idéntico a Lars Mittank, pero más aviejado. Este camionero no dio parte a las autoridades en su momento pues no conoció el caso hasta tiempo después de ese encuentro.

Lo único que sabemos con certeza es que la búsqueda para encontrar a Lars aún sigue abierta aunque no surgen pistas nuevas desde hace años.
Tras conocer todos los detalles de la desaparición de Lars Mittank, es momento para saber tu opinión ¿Cual pudo ser la causa del extraño comportamiento de Lars? ¿Fue secuestrado o su propia paranoia le llevó a perderse para siempre? Deja tus comentarios abajo.



Comentarios