El año de 1979 transcurría tranquilo para la Elberton Granite Finishing Company hasta que en el mes de junio apareció por sus oficinas de Georgia un enigmático personaje que les iba a hacer un encargo inusual.
Un hombre bajo el seudónimo de Robert C. Christian encargó a la compañía de granito unas colosales placas que debían construirse específicamente bajo unos estrictos códigos que serían dictados por él mismo. El señor Christian decía representar a “un pequeño grupo de leales americanos” que habían elegido el condado de Elbert por la abundancia de granito local, la naturaleza rural de su paisaje, su clima templado y el apego de sus familias al lugar, para erigir un monumento, una guía, que iluminaría el futuro de la humanidad.
Debido a lo enigmático de su discurso y a la magna obra que encargaba, el dueño de Elberton Granite pensó que Christian era un demente así que decidió pedirle una desorbitada suma de dinero por la obra. Para su sorpresa, el cliente aceptó, así que la compañía se puso manos a la obra para terminar cuanto antes las que pasarán a la historia como Piedras Guía de Georgia.
El proyecto, cuyo precio final jamás salió a la luz, pero que se estima en unos 100.000$ (unos 400.000$ actuales), constaba de unas seis losas de granito con mensajes grabados en varios idiomas, y que pesaba en total cien toneladas. Al gasto de las piedras hay que añadirle también el del terreno en el que serían erigidas.
Como veremos más adelante, las Piedras Guía debían estar alineadas según criterios astronómicos y es que, según Robert C. Christian, la estructura estaba inspirada en Stonehenge, pero que al contrario que el famoso monumento británico, el suyo si tenía un mensaje que transmitir…
El mensaje era sencillo y algo apocalíptico, las piedras serían una guía para futuras generaciones ayudándoles a manejar los limitados recursos del planeta en el marco de una potencial guerra nuclear
Por fin, el monumento fue presentado al público el 22 de marzo de 1980 frente a unas doscientas o trescientas personas. Obviamente, en el acto no estuvieron presentes ni el señor Christian ni sus amigos (que se sepa), de los que jamás se ha vuelto a oír hablar. Eso sí, el maestro de ceremonias leyó a los presentes un mensaje de su parte: “Para evitar el debate, nosotros los patrocinadores de las Piedras Guía de Georgia, tenemos un mensaje para la humanidad, de ahora y del futuro. Creemos que nuestros propósitos son sólidos y deben sostenerse por sus propios méritos”.
Ni que decir tiene que no consiguieron ni por un momento evitar el debate…
Lo que pudieron observar los curiosos que se acercaron hasta el monumento, además de las losas, fueron los distintos mensajes que en ellas había escrito. Estos mensajes estaban escritos en ocho idiomas: inglés, español, suajili, hindi, hebreo, árabe, chino antiguo y ruso.
El mensaje en castellano decía así:
-Mantener la humanidad a menos de 500.000.000
-En equilibrio con la naturaleza
-Guiar sabiamente a la reproducción mejorando la condición y diversidad de la humanidad
-Unir la humanidad con una nueva lengua viviente
-Gobernar la pasión – la fe – la tradición – y todas las cosas con la razón templada
-Proteger a los pueblos y naciones con leyes imparciales y tribunales justos
-Permitir a todas las naciones que se gobiernen internamente resolviendo las disputas externas en un tribunal mundial
-Evitar leyes mezquinas y funcionarios inútiles
-Balancear los derechos personales con las obligaciones sociales
-Valorar la verdad – la belleza – el amor – buscando la harmonía con el infinito
-No ser un cáncer en la tierra – dejarle espacio a la naturaleza
Además de estos mensajes a la humanidad, en las superficies verticales de la piedra horizontal superior, aparecía un mensaje más corto en distintas escrituras antiguas: cuneiforme (norte), griego clásico (este), sanscrito (sur) y en jeroglíficos egipcios. El texto venía a decir: “Que estos sean los principios de una edad de la razón”.
Los estrictos criterios de construcción que Robert C. Christian había impuesto, incluían unas innegociables características astronómicas:
Las cuatro piedras estaban orientadas para marcar los límites del ciclo de declinación lunar (18’6 años). La columna central presentaba un agujero perforado en un ángulo a través del cual se podía ver la Estrella Polar. En ese mismo pilar, había una ranura tallada, alineada con los solsticios y equinoccios del sol.
Además, una abertura de 22 mm en la piedra angular permitía el paso de un rayo de Sol todos los días al medio día, iluminando la piedra central e indicando el día del año.
Si bien estas características nos pueden parecer extraordinarias, para los expertos astrónomos como Loris Magnani de la Universidad de Georgia, no dejan de ser “mediocres en el mejor de los casos”. Las piedras guía, además, según Magnani “se ven como un ábaco en comparación con la computadora que es Stonehenge”.
La crítica del astrólogo, es la más suave que recibió el monumento y es que, a pesar de las buenas intenciones de Christian y sus amigos patriotas, las piedras han estado desde un principio en el punto de mira de los críticos más beligerantes.
El monumento ha sido acusado de promocionar la eugenesia (una filosofía social que defiende la mejora de los rasgos hereditarios humanos mediante diversas formas de intervención manipulada y métodos selectivos) y el genocidio.
Los grupos de fundamentalistas cristianos también hicieron diana de las Piedras Guía, calificándolo de satánico. Activistas de extrema derecha pidieron que las piedras “fueran hechas pedazos y esos pedazos usados como material de construcción” puesto que el monumento tiene un “origen puramente satánico” pues R. C. Christian pertenecía a “una sociedad secreta luciferina relacionada con el Nuevo Orden Mundial”.
Cuando el monumento estaba recién inaugurado, algunos locales se referían a el como “el trabajo del demonio”, incluso un ministro de la iglesia local advirtió de que “grupos ocultistas” visitarían el lugar y que los sacrificios eran inminentes.
Si bien las críticas de ciertos sectores eran feroces, no sería hasta 2008 cuando las Piedras Guía de Georgia sufrieron su primer acto vandálico. En ese año, el conjunto escultórico fue desfigurado con pintura de poliuretano y pintadas con eslóganes como “Muerte al Nuevo Orden Mundial”. En septiembre de 2014 volvieron a ser vandalizadas con la frase “Soy Isis, diosa del amor”.
A partir de estos actos las autoridades decidieron colocar un circuito cerrado de televisión para vigilar el monumento.
Las piedras seguían en el ojo del huracán de las críticas, siendo vilipendiadas incluso por políticos locales, y es que una de las candidatas a ser gobernadora de Georgia en las elecciones de 2022, Kandiss Taylor, había propuesto derribarlas si salía elegida. En un famoso video promocional, Kandiss relacionó las piedras con la adoración demoniaca y el sacrificio humano.
Inmerso en este clima de críticas y vandalismo, el monumento llegó al que sería su último día en pie. El 6 de julio de 2022, un explosivo fue detonado en el lugar destruyendo la piedra escrita en suajili e hindi y dañando de gravedad el resto de las piedras. En vista del estado del monumento y de la ferocidad de la oposición al mismo, las autoridades decidieron demoler lo que quedaba en pie.
Si bien los residentes cercanos escucharon una explosión a eso de las 4 a.m. y las cámaras captaron a un vehículo abandonando el lugar, la policía aún no ha detenido a ningún sospechoso. Tampoco ningún grupo o persona a reivindicado el ataque, por lo que las motivaciones del mismo no quedan claras, aunque está claro que hay mucha gente feliz tras la demolición, como la propia Kandiss Taylor, que atribuyó al mismísimo Dios su destrucción.
Como las piedras eran mantenidas por el Condado, y se consideran un edificio público, su destrucción puede suponer una sentencia mínima de veinte años de prisión.
En honor a la verdad, no todo el mundo en Georgia se alegró del atentado, sin ir más lejos, la Cámara de Comercio del Condado de Elbert se declaró apenada por el suceso puesto que las Piedras Guía eran su atracción turística más visitada. Además, la factura con la que estaban talladas las piedras era motivo de orgullo para el Condado pues según ellos, una artesanía de este calibre no puede encontrase en otro lugar.
En los días posteriores al ataque, el alcalde de Elbert, Daniel Graves, anunció que el monumento sería reconstruido, pero a finales de agosto el Consejo del Condado decidió donar los restos a la Asociación del Granito de Elbert y donar la tierra al dueño original.
Parece que nunca sabremos qué opinan Robert C. Christian y su grupo del final de sus Piedras Guía de Georgia, pero a mí me gustaría saber tu opinión ¿Qué grupo se escondía tras tan enigmática obra? ¿Crees que el monumento debería reconstruirse? Déjame tus comentarios abajo.
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